
En muchos de los post de este blog hemos visto las razones que convierten a la leche de yegua y al calostro liofilizados en productos mucho más interesantes que la leche de vaca desde un punto de vista nutricional. En esta nueva entrada vamos a ahondar un poco más en las razones.
La leche de yegua es un alimento tradicional consumido desde la antigüedad. A sus virtudes terapéuticas y energéticas ya recurría el pueblo mongol. Entonces se consumían quesos fermentados y bebidas elaboradas con leche de yegua. Los pueblos nómadas del Sahara también la usan como alimento para el cuerpo y para combatir muchas enfermedades. De hecho, numerosos estudios científicos han concluido que la leche de yegua es la leche animal más parecida a la materna humana y un estupendo remedio natural con propiedades nutricionales y cosméticas. Contiene Inmunoglobulina A, Lisozima, Calcio, Hierro, Fósforo, Magnesio, Vitaminas A, B1, B2, B6, B12, C, D, E, K, Omega 3 y 6. También proteínas, hidratos de carbono, aminoácidos esenciales y no esenciales o albúmina. Características nutricionales que fortalecen y ayudan a mejorar la salud.
Hasta no hace mucho se pensaba que la leche de cabra era la más parecida a la humana y que era mejor en caso de intolerancias. La cuestión es que la de yegua está muchos pasos por delante de la de cabra, con propiedades mucho mejores. Aunque en España puede que aún no se consuma de forma masiva, en países como Rusia, Alemania o Austria hace mucho que son conscientes de los beneficios del calostro de yegua y de la leche de este animal tras pasar por un puntero proceso de liofilización.
En caso de que disfrutemos de una buena salud, lo podemos consumir a modo preventivo. La leche de yegua está recomendada para paliar desórdenes metabólicos, para estimular la limpieza intestinal o para combatir problemas en el intestino grueso. También en el campo de la cosmética.
¿Por qué la leche de yegua es algo tan valioso?
Para entender el verdadero valor de la leche de yegua, hay que tener en cuenta que estos animales solo tienen leche en el periodo de lactancia de las crías. Tan solo producen entre 1 y 2 litros al día durante 5 meses al año. Por lo tanto, consumir esta leche fresca es casi imposible y por eso se recurre a la liofilización. Es un proceso de secado al vacío y a baja temperatura. La leche de yegua se enfría a -20ºC y se elimina el agua. Obtenemos entonces leche en polvo. Con esta técnica el producto mantiene todas sus propiedades nutricionales y organolépticas. Obtenemos además un alimento de muy fácil digestión.